De las varias críticas a la cultura de masas emergen algunas “acusaciones principales” que es necesario tener en cuenta.
a) Los mass media se dirigen a un público heterogéneo y se especifican según “medidas de gusto”, evitando las soluciones originales.
b) En tal sentido, al difundir por todo el globo una “cultura” de tipo “homogéneo”, destruyen las características culturales propias de cada grupo étnico.
c) Las mass media se dirigen a un publico que no tienen conciencia de sí mismo como grupo social caracterizado; el público, pues, no puede manifestar exigencia ante la cultura de masas, sino que debe sufrir sus proposiciones sin saber que las soporta
d) Las mass media tienden a secundar el gusto existente sin promover renovaciones de la sensibilidad. Incluso cuando parecen romper con las tradiciones estilísticas, de hecho se adaptan a la difusión, ya homologable, de estilos y formas difundidas antes a nivel de la cultura superior y transferidas a nivel inferior. Homologando todo cuanto ha sido asimilado, desempeñan funciones de pura conservación.
e) Los mass media, inmersos en un circuito comercial, están sometidos a la “ley de oferta y demanda”. Dan pues al publico únicamente lo que desea o , peor aún, siguiendo las leyes de una economía fundada en el consumo y sostenida por la acción persuasiva de la publicidad, sugieren al publico lo que debe desear.
f) Los mass media alientan así una visión pasiva y acrítica del mundo. El esfuerzo personal para la posesión de una nueva experiencia queda desalentado.
g) Los mass media tienden a imponer símbolos y mitos de fácil universalidad, creando “tipos” reconocibles de inmediato, y con ello reducen al mínimo la individualidad y la concreción de nuestras experiencias y de nuestras imágenes , a través de las cuales deberíamos realizar experiencias.
h) Para realizar esto, trabajan sobre opiniones comunes, sobre los endoxa, y funcionan como una continua reafirmación de lo que ya pensamos. En tal sentido desarrollan siempre una acción socialmente conservadora.
i) Como control de masas, desarrollan la misma función que en ciertas circunstancias históricas ejercieron las ideologías religiosas.
Raramente se tiene en cuenta el hecho de que, dado que la cultura de masas en su mayor parte es producida por grupos de poder económico con el fin de obtener beneficios, permanece sometida a todas las leyes económicas que regulan la fabricación, la distribución y el consumo de los demás productos industriales: “el producto debe agrada al cliente”, no debe ocasionarle problemas, el cliente debe desear el productor y debe ser inducido a un recambio progresivo del producto. De ahí los caracteres culturas de los propios productos y la inevitable “relación de persuasor a persuasivo”, que en definitiva es una relación paternalista interpuesta entre productor y consumidor.
Un hombre heterodirigido es un hombre que vive en una comunidad de alto nivel tecnológico y dentro de una especial estructura social y económica (en este caso, basada en una economía de consumo), al cual se sugiere constantemente (a través de la publicidad, las transmisiones de televisión, y las campañas de persuasión que actúan en todos los aspectos de la vida cotidiana) aquello que debe desear y como obtenerlo, según determinados procedimientos prefabricados que le eximen de tener que proyectar arriesgada y responsablemente.
No se le invita, pues, a un proyecto, sino que se le sugiere que desee algo que otros han proyectado.
Si el hombre de una civilización industrial de masas es, como nos lo han mostrado los sociólogos, un individuo heterodirigido (para el cual piensan y desean los grandes aparatos de la persuasión oculta y los centros de control de gusto, de los sentimientos y de las ideas; y que piensa y desea conforme a los designios de los centros de dirección psicológica), la canción de consumo aparece en tal caso como uno de los instrumentos más eficaces de coacción ideológica del ciudadano de una sociedad de masas.
Material extraído del imperdible blog del Dr. Mostaza:
http://doctormostaza.blogspot.com/
1 comentarios:
De verdad me motiva saber que existen personas con mente socialmente reflexiva, como el autor del artículo.
Buena nota¡¡¡
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