Estoy segura que muchos no pudimos ignorar el parecido entre los dos escenarios de Londres: uno está conformado por los hechos actuales; imágenes de manzanas prendidas fuego, muchedumbre, disconformidad, acumulación de energía e impotencia que son liberadas de forma violenta (fotografía de arriba); con el otro escenario donde prima también la fuerza ígnea: el gran incendio de Londres de 1666, detallado en varios relatos de la época e inmortalizado por un pintor desconocido que retrató los restos del Medioevo (imagen de abajo).
Más de 3 siglos de diferencia entre ambos eventos, y sin embargo, el incidente del siglo XVII ejerce un impacto profético en el segundo: encontramos un principio resaltado por el descontrol de las llamas, una conversión entre crisis y medidas inmediatas, y su desenlace con un señalamiento xenófobo: el multiculturalismo del siglo XXI es el receptor de las consecuencias de una disputa entre laboristas y conservadores, mientras que el incendio de 1666 fue atribuido a los inmigrantes franceses-holandeses quienes fueran rivales de los ingleses en la Segunda Guerra anglo-holandesa.
Claro que, en ese momento no existía ninguna forma de comunicación que pudiera movilizar y concentrar a los pobladores, como en estos días ha resultado con las redes sociales.
Es imposible buscar un solo motivo desencadenante de este segundo episodio, por lo cual se señala además, al recorte del gasto social como otro de los motivos que generan el repudio y el consecuente vandalismo, especialmente de los jóvenes. Según algunas teorías marxistas, los jóvenes conforman el blanco más peligroso para cualquier administración, ya que portan en sí mismos la capacidad revolucionaria que es palpable de actuar en generaciones futuras.
Y en ambos acontecimientos… la respuesta del lado del poder también fue análoga: la represión y el linchamiento. ¿Serán ambos análisis retrospectivos también similares? Habrá que esperar el punto cúlmine de los incidentes en Londres, especialmente, las acciones políticas hacia las duras protestas que despertaron una latencia descomunal.
Más de 3 siglos de diferencia entre ambos eventos, y sin embargo, el incidente del siglo XVII ejerce un impacto profético en el segundo: encontramos un principio resaltado por el descontrol de las llamas, una conversión entre crisis y medidas inmediatas, y su desenlace con un señalamiento xenófobo: el multiculturalismo del siglo XXI es el receptor de las consecuencias de una disputa entre laboristas y conservadores, mientras que el incendio de 1666 fue atribuido a los inmigrantes franceses-holandeses quienes fueran rivales de los ingleses en la Segunda Guerra anglo-holandesa.
Claro que, en ese momento no existía ninguna forma de comunicación que pudiera movilizar y concentrar a los pobladores, como en estos días ha resultado con las redes sociales.
Es imposible buscar un solo motivo desencadenante de este segundo episodio, por lo cual se señala además, al recorte del gasto social como otro de los motivos que generan el repudio y el consecuente vandalismo, especialmente de los jóvenes. Según algunas teorías marxistas, los jóvenes conforman el blanco más peligroso para cualquier administración, ya que portan en sí mismos la capacidad revolucionaria que es palpable de actuar en generaciones futuras.
Y en ambos acontecimientos… la respuesta del lado del poder también fue análoga: la represión y el linchamiento. ¿Serán ambos análisis retrospectivos también similares? Habrá que esperar el punto cúlmine de los incidentes en Londres, especialmente, las acciones políticas hacia las duras protestas que despertaron una latencia descomunal.
3 comentarios:
QUE LINDOS LOS INGLESES!!! País de primer mundo, sociedad de alto nivel de vida donde prima el respeto por los demás; son admirables, no?
Que idiota es el ser humano, nos sacamos cosas los que menos tenemos a los que tienen un poquitito, mientras tanto los que realmente manejan todo y causan la depresión, el caos y la guerra se cagan de la risa de cómo nos matamos unos a otros.
Gracias por el articulo Jus. No hay peor ciego que el que no quiere ver...
Publicar un comentario