lunes, 18 de abril de 2011

El hijo del Dragón


Valaquia es una región ubicada al sur de Rumania, entre los Cárpatos meridionales (también conocidos como los Alpes de Transilvania) y el río Danubio. Era un antiguo principado entre los siglos XIV y XIX, famoso especialmente por dos motivos: el dinamismo bélico que produjo enfrentamientos con los húngaros, rumanos y turcos para apoderarse del trono, y segundo; por la existencia de un personaje que transportaría durante siglos, una curiosa mezcla de vestigios históricos que acoplaron las fantasías medievales heroicas, con una cruda realidad teñida de rojo: las estacas del empalador Vlad Tapes, mejor conocido como “Draculea” o “Drácula”.

Según algunos relatos, este peculiar príncipe sirvió de inspiración a Bram Stoker para escribir la novela que lleva el mismo nombre, la cual lejos está de representar el reinado del terror de Valaquia. La novela de hecho, está ambientada en un contexto victoriano, algo industrial, donde encontramos cierto romanticismo bipolar entre la seducción y la muerte, así como la muerte que da comienzo a una nueva forma de vida en los vampiros. El transe tiene síntomas similares a la posesión, los cuales son visibles en el paciente Renfield. Mientras el Drácula de Bram Stoker necesita alimentarse de la sangre (no sólo para sobrevivir, sino para rejuvenecer), el verdadero Drácula (Vlad) mataba por diversión, por una extrema crueldad, y fundamentalmente, para que los enemigos pensaran dos veces antes de armar su propio ejército… después de todo, no queríran verse a sí mismos atravesados por una estaca de 3.50m, vertiendo su sangre boyarda en la copa del príncipe.

Vlad Tepes fue el fundador de la ciudad de Bucarest (estableció una fortificación tomando en cuenta el río Damboviţa) y actualmente, Rumania lo considera un héroe nacional ya que protegió el territorio contra los turcos, por ende fue un defensor de la independencia y la libertad.


El espíritu del empalador también quedó inmortalizado en dos recintos: el castillo de Bran que fuera construido por los caballeros de la orden teutónica, situado en la frontera de Transilvania (asociación motivada nuevamente por Stoker), y el castillo de Poenari, edificado por esclavos, enemigos dominados, y aristócratas que se opusieron al régimen de Vlad. Ellos dejaron sus vidas en la construcción del mismo, y no es para menos: para lograr el acceso a la vasta obra, situada en la cumbre de la montaña que simula una acrópolis, es necesario subir 1400 escalones.

Como dato curioso, Vlad Tepes era pariente lejano de Elizabeth Bathory, la “condesa sangrienta”, probablemente la asesina serial más famosa de todos los tiempos.

1 comentarios:

Kiddo the bride dijo...

Gracias amiga por mencionar a uno me mis idolos historicos. Todos ven la parte funesta, pero en la actual Rumania es considerado heroe nacional por haber salvado al pais de la invasion otomana y de otros reinos como Hungria.